Pilates León

PILATES Y RUNNING

Publicado por Ana Belén el 31 de oct.

Mejor técnica: menos lesiones, más rendimiento”

 

Correr es peligroso.

 

Durante este año, el 80% de los corredores sufrirá una lesión relacionada con la carrera. Dos millones de corredores se lesionaran esta temporada en España. Dolencias leves, como sobrecargas o contracturas, o dolencias más severas, como la periostitis tibial, fascitis plantar, tendinitis aquilea, condromalacia rotuliana... Unas limitantes y las más graves incapacitantes.

 

Así que correr es un acto lesivo.

 

Ante esta situación las compañías fabricantes de zapatillas invierten gran cantidad de recursos para ofrecernos una tecnología que nos ayude a eliminar o reducir las lesiones ... todavía están en ello. Cambian las tecnologías pero las tasas de corredores lesionados se mantienen.

 

Otras tendencias nos invitan a deshacernos de zapatillas complicadas e incluso que no utilicemos nada... tampoco parece que funcione. Las viejas lesiones desaparecen y aparecen otras nuevas.

 

La mejor manera de solucionar un problema es no tenerlo así que a la vista de los datos anteriores la conclusión es clara: no debemos correr... Eso o, tal vez, otra manera de enfocarlo: necesitamos cambiar la manera en la que lo hacemos, es decir, revisar y mejorar nuestra técnica.

 

Pero, ¿que es la técnica de carrera? Es la habilidad que necesitamos desarrollar para poder desplazarnos corriendo minimizando el riesgo de lesión y reduciendo el gasto energético.

 

La clave está en la palabra “habilidad”, la capacidad que tiene una persona en realizar algo correctamente y con facilidad.

 

Pero, yo ya se correr, pensaras. Es posible. Desde pequeños corremos. Si desde entonces no hemos dejado de hacerlo y nuestra tasa de lesiones es realmente baja pues entonces seguramente no es necesario que cambiemos de técnica ya que nos estamos moviendo con habilidad. Pero ¿y si no es así? ¿Si en realidad has desarrollado durante años otra habilidad? La de estar sentado, por ejemplo. Tu cuerpo se ha adaptado, muscular y articularmente a esa “nueva habilidad”. En algún momento dejaste de correr y tus músculos empezaron a debilitarse, los desequilibrios musculares y articulares se  van incrementando a medida que pasa el tiempo y la capacidad elástica de tus tendones y ligamentos se va perdiendo. Estas son las mejores condiciones para generar un desastre en forma de lesión que se volverá crónica si solo atendemos a los síntomas y no a las causas.

 

En tu cerebro se encuentra el recuerdo, un poco vago, de como se hacia, por que, no lo olvides, correr es una habilidad y eso quiere decir que tu cerebro tiene que saber como hacerlo. Es indudable que tienes la capacidad de correr, posees todos los elementos necesarios para ello... exactamente igual que para hablar chino, todo el mundo puede con los conocimientos, la práctica y la habilidad necesarias.

 

Es posible que hayas olvidado como correr y que tu cuerpo , ahora mismo, no este preparado para ello. Calzarse las zapatillas y salir a correr no es la solución o, por lo menos, no al principio. Solemos partir de la idea equivocada de que para estar en forma hay que correr. Es exactamente lo contrario, tienes que estar en forma para empezar a correr. Antes de correr debes preparar tu cuerpo para ser capaz de asimilar el impacto que sufrirá en cada zancada, aproximadamente el doble de tu peso, eso implica una columna fuerte capaz de mantener la postura adecuada durante todo el entrenamiento (son frecuentes las lumbalgias entre corredores), unas piernas elásticas capaces de amortiguar tu peso y convertir esa energía de impacto en energía de retorno para generar el desplazamiento, un tobillo con un buen rango articular  y por supuesto unos pies fuertes y hábiles , independientemente de las zapatillas que uses, con la suficiente capacidad para estabilizar el cuerpo mientras este se mueve por encima de él.

 

Como puedes comprobar necesitas tener una preparación física previa antes de aventurarte a dar las primeras zancadas. Pero todavía nos falta algo. Hemos preparado nuestro cuerpo pero también necesitamos preparar nuestra capacidad de coordinarlo y protegerlo. Ya tenemos preparado nuestro formula uno ahora necesitamos un gran piloto para sacarle el máximo rendimiento.

 

Aquí es donde se marca la diferencia, donde realmente aprendemos a correr. Nuestro cerebro debe coordinarse con el cuerpo a través de la información que le transmite el sistema propioceptivo y dar una respuesta en el momento oportuno y con la intensidad adecuada.  Variables tales como el equilibrio, la capacidad de agacharnos, de saltar o de caminar son funciones básicas que debemos ejecutar con cierta habilidad antes de plantearnos hacer nuestra primera carrera.

 

Nuestros esfuerzos deberían centrarse en mejorar nuestra técnica, aumentar el tiempo que somos capaces de mantener esa técnica, es decir, mejorar nuestra resistencia y por último, si nuestro objetivo es mejorar el rendimiento deportivo, generar mayores velocidades con buena técnica y durante más tiempo.

 

Correr es peligroso. En realidad esta afirmación hay que cambiarla por “correr mal es peligroso” entendiendo esto como una ejecución pobre, poco habilidosa, sobrepasando las capacidades tanto físicas como técnicas de la persona.

 

Mejorar nuestra condición física y mejorar nuestra habilidad para correr son premisas indispensables para ser corredores sanos, el primer paso para mejorar nuestro rendimiento deportivo.

 

Una buena técnica reduce el riesgo de lesión, una mala técnica te garantiza la lesión.

 

 

 


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